Profundamente agradecida a este 2019 que me ha visto centrarme y afianzar mi camino como nunca antes. 2019 me ha ofrecido trabajar en lo que me hace sentir bien, estoy dentro de la Luz (...). Ahora me parece evidente, pero muy a menudo me fue un esfuerzo el centrarme ¡y no por pérdida de interés! jaja... en mi caso personal suele ser más bien por desborde de apasionamiento en excesiva variedad de focos. En fin; ser alma vieja en géminis no es fácil. Por eso agradezco al 2019 (y anteriores) la experiencia brindada. Me encanta hacer balances cuando va acabando el año, suelo empezar en noviembre y cerrar en 4 escasos días, con el cambio de año gregoriano...
... y esta vez este proceso me ha traído hasta aquí: quiero hablar un poco de la energía del nuevo año que llega, la energía del 2020, que siento fuerte y mágica, comprometida y sin medias tintas. Hay algo de definitivo, de comprometido en este 2020 que me hace sentir protagonista, que nos hará ser protagonistas ¡no sé expresarlo mejor!
Numerológicamente, el año 2020 es un año 4, ya que esa es la cifra resultante de la suma de todos sus componentes (2+0+2+0=4). La energía del número 4 es fuerte: perseverancia, responsabilidad, trabajo sostenido, seguridad económica... esfuerzo. El 4 lleva una impronta energética muy importante respecto a los valores de honestidad y lealtad. El 4 es un número de honestidad y compromiso. Sin embargo, este año en concreto hay una particularidad especial, y es que este 4 procede de la suma del 2+2, o sea del número 22. 2020 crea un 22 antes de llegar al 4, y este es un detalle revelador, especial: el 22 es un número maestro. Veámoslo en detalle: el 22 es un número también fuerte, pero fuerte y constructor por excelencia. Este 2020 se presenta intenso, ya que la energía del 22 es aún más potente que la del 4 y parece que esa fuerza y potencia de ambas cifras se aúnan y completan, dando a este año 2020 una intensidad acentuada, poca veces vista. Bases sólidas para construir lo auténtico, desde la Luz y lo Justo. Parece que este año va a ser cañero. ¡Me encanta!
El 22 es un número que pone su intención en una energía de servicio a los demás, y esto puede ser interpretado como una mayor justicia social o un servicio de unos a otros, en suma: igualdad social y justicia. Es cierto que el planeta Tierra está viviendo momentos intensos, fuertes, de reivindicación social y justicia hasta ahora nunca antes vistos (como es el caso de la demanda penal interpuesta por 14 familias congoleñas a Apple, Microsoft, Dell, Tesla y otros hace unos escasos 15 días) se sienta así un precedente absolutamente necesario e impensable hasta este mismo pasado 1 de diciembre.
Aparte de que la noticia me parece maravillosa, por supuesto punto y a parte del brutal drama que supone (llevaba años leyendo, impotente, cómo los productos necesarios para yo trabajar causaban la muerte a niñ@s. Sin palabras) es un ejemplo perfecto del espíritu del tiempo o zeitgeist que se anuncia en este 2020. Este es precisamente ese gran maestro 22 del que hablaba. Se trata de igualdad, de igualdad hacia la propia riqueza y de justicia social. Se trata de valores, de cambio, de la lógica que nace de la esperanza y la integridad. Se trata de una mirada desinteresada que acelera nuestra propia evolución. Se trata de altruismo manifiesto en esa verdad tan absoluta y básica del "todos somos iguales"... porque lo somos. TOD@S. Y no es lo que estaba pasando hasta ahora. Vamos hacia una manifestación de la consciencia universal y este año 2020 se ofrece a acompañarnos con el mayor de los placeres para construir en ese sentido, para construir hacia el tan necesario y urgente bien común. La buena noticia es que se presenta como año de esfuerzo, sí, pero también como propicio a favorecer todo lo que fomente valores, igualdad, luz, trabajo práctico por un mundo mejor. Si Greta Thunberg se interesa en la numerología debe estar muy contenta de lo que se avecina.
Otro punto a considerar en este año 2020 es la presencia de 2 dobles dígitos: dos 20. Este 20 puede manifestar precisamente ese despertar de la consciencia, aunque en este caso el matiz es de cierta agitación, pues el 20 encierra el caos que precede al orden. Algo así como la entropía... 2020 se presenta muy "entrópico" si me permitís. En el año 2012 comenzamos un despertar espiritual a una nueva realidad más justa y solidaria, y es innegable que la cantidad de esfuerzos realizados en este sentido están dando unos frutos jamás antes vistos. Estas nuevas realidades justas pro-defensa del planeta Tierra, sus mares, poblaciones y océanos, están proliferando y siendo reconocidas a nivel mundial. No hay precedentes y son reales, puedes chequear aquí: por todas partes los gobiernos prohíben químicos; se ordena la restitución de los cauces de agua a los pueblos originarios; se re-introducen especies en peligro en sus parajes naturales, tras largos procesos... se potencia la energía limpia (la de verdad; la solar, por ejemplo) por encima de leyes y normas partidistas y tendenciosas... y es que ya estamos en el camino. Y este 2020 viene a decirnos que sigamos en él... ¡la lucha continua! si de verdad es lo que queremos, nos va a tocar cultivarlo desde la constancia, el esfuerzo sostenido y el amor, para que llegue la justicia, para todos por igual.
En todo caso es innegable que vivimos una crisis regenerativa. 2020 nos recuerda que es importante tener consciencia espiritual para aunarnos cara a esta realidad; la ciencia y la espiritualidad se están uniendo, y cada vez más... ¡hay cientos de ejemplos! la obra y figura de insignes personajes como Brian Weiss, Michael Newton y Ervin Laszlo, son muestra... y aquí, aquí, aquí y aquí, en este estupendo libro, hay otras pocas referencias.
De modo que 2020 es un año para poner bases sólidas a nuestra vida, un año en el que trabajar con esfuerzo, constancia y ahínco en lo que de verdad sentimos en el fondo de nuestro corazón. Serán importantes pues la disciplina, el orden, el definirnos y luchar por lo que deseamos de verdad y el trabajar por objetivos, siempre adelante.
En este año 22 vamos a crear las sólidas bases de lo que será nuestro futuro. Todo lo superficial va a ir cayendo; caerán las relaciones no estables, en las que no haya una mirada sincera hacia el futuro. Podremos poner los cimientos necesarios a nuestra vida o proyectos de cualquier tipo, siempre sabiendo que todo lo que no tenga una base fuerte, estable, leal y comprometida con valores universales va a caer. Cobra importancia todo lo relacionado con las energías limpias, el respeto al medio-ambiente, la consciencia corporal y la salud... respetarnos y respetar lo que nos rodea. Se trata de cuidarnos y cuidar desde la coherencia, el amor y el compromiso.
Se va a seguir afianzando la unión entre ciencia y espiritualidad, como digo arriba. Y es que nos toca poner las bases para nuestro futuro (o seguir construyendo) con esfuerzo y solidez. En 2019 pudimos soñar y proyectar; en 2020 nos toca construir ¡y trabajar por lo que realmente queremos!
Atención a los días 20 y/o 22 de cada mes, quizás haya más movimiento del normal, en ciertos aspectos.
Este año 4 (y 22) trata pues de tomar acción. Acción coherente a nuestros valores. En mi casa ya hemos decidido empezar a restringir el uso del plástico, cambiar la dieta y fabricar todos nuestros jabones, tanto de ropa como personales... aprendizajes del 2019 que empiezan a cristalizar en 2020.. ahora toca sostenerlos.
Y tú, ¿has pensado ya por dónde quieres empezar?
¡Gracias por tu lectura!
¡¡¡Y muy feliz 2020!!!
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